EL REY ETERNAL

E.E. en San Antoni de Vilamajor
26 Jan

EL REY ETERNAL

El llamamiento del Rey temporal ayuda a contemplar la vida del Rey Eternal y a vivir una experiencia de intensa adhesión personal a Cristo, como lo único decisivo para mí como cristiano. Se trata de dejarse arrastrar por el amor desmedido a una persona, a Jesús, para luego entregarse generosamente a su proyecto del Reino de Dios.

Así:

-Imagino donde Jesús vivió, su pueblo, la gente que le rodea, que le escucha, que le quiere. Le ruego al Señor que nunca sea sordo a su voz, ni a la llamada del hermano.

-Pienso en un rey humano, elegido de la mano de Dios nuestro Señor, a quien hacen reverencia y obedecen todos los príncipes y todos hombres cristianos. Un líder moral y justo al que todos siguen porque se fían de él.

-Aprecio cómo este rey habla a todos los suyos, yo soy uno de ellos, diciendo: “Mi voluntad es la de conquistar toda la tierra de infieles; por tanto, quien quisiere venir conmigo, ha de estar contento de comer como yo, y así de beber y vestir, etc.; asimismo, ha de trabajar conmigo en el día y vigilar en la noche; porque así después tendrá parte conmigo en la victoria, como la ha tenido en los trabajos”.

-Considero lo que debería responder yo y todos los buenos súbditos a rey tan liberal y tan humano: y, por consiguiente, si alguno no aceptase la petición de tal rey, cuánto sería digno de ser vituperado por todo el mundo y tenido por perverso caballero.

-Si ese Rey temporal es Cristo nuestro Señor, y me llama a mí, particularmente, y me dice: “Mi voluntad es la de conquistar todo el mundo y todos los enemigos, y así entrar en la gloria de mi Padre; por tanto, quien quisiere venir conmigo, ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria”.

-No parece dudoso que yo y todos los que tuvieren juicio y razón se ofrecerán a ese Rey Eternal.

-Los que más se querrán afectar y señalar en todo servicio de su rey eterno y Señor universal, no solamente ofrecerán sus personas al trabajo, más aun haciendo contra su propia sensualidad y contra su amor carnal y mundano, harán oblaciones de mayor estima y mayor momento, diciendo:

“Eterno Señor de todas las cosas, yo hago mi oblación, con vuestro favor y ayuda, delante vuestra infinita bondad, y delante vuestra Madre gloriosa, y de todos los santos y santas de la corte celestial, que yo quiero y deseo y es mi determinación deliberada, sólo que sea vuestro mayor servicio y alabanza, de imitaros en pasar todas injurias y todo vituperio y toda pobreza, así actual como espiritual, queriéndome vuestra santísima majestad elegir y recibir en tal vida y estado.”

“Que todas mis intenciones, acciones y operaciones se orienten al mejor servicio de Dios”.

Y así es Ajuí-mi hermano, mi Rey Eternal.

Llevo ya 8 años cerca de Jesús-ajuí, un pobre negro que vive en un poblado a unos kilómetros de Sarh. Unas cuantas chozas a modo de anillo de defensa, matorrales que nutren con avaricia un exiguo fuego, serpentea un afluente del rio Sari, un pequeño cauce, a veces cenagal, a veces tierra vidriada, otras riera caudalosa y, todo ello enmarcado por   personas vencidas, dispuestas en corrillos de silencio. Todo incompatible con la fuerza, la divinidad, la gloria. Nada parecido a los gloriosos ángeles que elevan a los cielos a un Rey eternal. Sólo veo paletillas huesudas y frágiles en lugar de generosos omoplatos cubiertos de plumas resplandecientes y bien comidas.

Hace muchos años que no llueve, la cosecha, de nuevo, no se ha podido salvar y el hambre mortal certifica que dios se ha ido de esta Tierra. Los vecinos de Jesús, el carpintero, maldicen a dios, maldicen su suerte, para ellos nunca empezó la esperanza. Dejarse morir es todo lo que una persona puede hacer por vivir un poquito más.

Jesús ajuí es mi vecino. Él puede que esté loco, y yo también. Pero el busca a Dios, su Padre del cielo, a su Abbá, día y noche. Sabe que ayudar a sus hermanos es la mayor alabanza a su querido papaíto y, ahí, lo encuentra. Esta seguro porque se siente Hijo, que la gloria de Dios es ayudar a que los hombres vivan una vida digna de hombres y digna de hijos de su Abbá. Y hace…

Si, puede que sea un loco este Jesús. Pero me arma, multiplica, contagia, traspasa… No me llena el estómago, pero es mi verdadero alimento de Vida.

Pero la vida aquí abajo, en el pueblo, sigue terrible. Agotados casi todos los recursos, es Jesus-ajui  el que  nos propone emigrar al norte. Empezar a caminar para llegar a otra parte, para atisbar la esperanza de una Vida digna. Nos propone iniciar un arriesgado camino, una peligrosa y larga ruta a la que llama salvación. “Si llegamos hasta allí, trabajaremos, mandaremos dinero para que nuestros viejos puedan vivir, todo saldrá bien”- decía El. Nos lo asegura. Nos repite una y otra vez que nuestro Padre no nos hubiera creado si todo fuera a acabar mal. “El camino es duro, pero confiad en mi” – insiste.

“Pasaremos el largo viaje a la salvación, caminando de día, vigilando de noche, juntos, apoyándonos los unos en los otros, y Ajuí delante, siempre con nosotros porque siguiéndole en la pena, también le seguiremos en la gloria” – gritaba yo entusiasmado.

Nuestros vecinos no querían escucharnos. La sordera de su corazón y el hambre arranca toda poesía, toda la belleza de la Palabra, oculta la Verdad…es la muerte, el miedo, el egoísmo, la ceguera…

“Nuestro camino hacia el Norte es el único camino de redención. Amarnos los unos a los otros, desvivirnos los unos por los otros es el único modo de  Amor a Dios” – repetía una y otra vez Ajuí.

La mayoría de nuestros queridos vecinos no querían entender: “¿Y si morimos en el desierto, y las alimañas nos despedazan? “. “¿Quién enterrará a nuestros padres cuando mueran?, y otros muchos noes.

Sólo algunos le seguimos. Yo en particular me sentí tan amado, tan arropado…

Con un amor tan nuevo y maravilloso, tan solidario, tan loco… Un amor inmenso de un Rey Eternal tan débil. Esa debilidad me hizo sentirme parte de Él.

Por eso me fui tras Jesús Ajuí. Seguimos caminando sufriendo y disfrutando, viviendo aventuras y desventuras. Le vimos darse y nos enseñó a ofrecernos a los demás. Le vimos sudar sangre y agua, pidiendo a nuestro Abbá que pasara de nosotros este Cáliz, y entendimos bien qué era el Reino y porqué Él era el Rey Eternal. Un Rey que nos enseña a ser hombres. Un Dios que nos enseña…

También hubo ramalazos de Judas dentro de cada uno de nosotros, pero El perdonaba siempre, besaba siempre, olvidaba siempre…

Logramos con mucho esfuerzo la patera para pasar el Estrecho. Nuestro Canaán estaba cerca. Pero allí, en el Gurugú unos policías nos lo mataron a golpes, mientras auxiliaba a una mujer del Senegal que estaba dando a Luz en un pesebre.

Vimos que su muerte era nueva VIDA, perdimos el miedo para siempre, porque el Amor nos garantiza que ni la muerte nos podrá separar de Ajuí.

El, dijo ¡SI! al proyecto de su Padre.  Se comprometió hasta el final con sus hermanos, lo repartió todo, su tiempo es  nuestro, su vida y su muerte también. Ajuí es el Amor a Dios que es, en definitiva, el amor a sus hermanos.

Amor en donde resuena   confianza total, gratuidad absoluta, entrega que es alegría, empatía y cercanía que es amistad, en definitiva, conocimiento íntimo de todo lo humano.

Este Jesus ajui, tan humilde, tan verdad, agua fresca y limpia, es, quizá Él no lo sabe, la proyección de Dios, es decir, el HOMBRE.

Yo sé que es Enmanuel, que es Dios con nosotros. Que su poder se manifiesta en la debilidad. Pues sí, este pobre negro es mi hermano, Ajuí, Jesús, mi Rey Eternal es el Amor.

Y siento que Ajuí nos ama a todos, se abaja para servirnos, conoce nuestras debilidades mejor que nosotros, y la difícil realidad que tenemos que vivir. A pesar de nuestra Cruz, por ella, nos hace sentir especiales, inmensamente amados, incluso en nuestra desolación, desde un Amor que nos quema, que no es nuestro que es el reflejo del suyo. Ya nunca le pude dejar, vive en mi para siempre.

 

Miguel Ángel

Diciembre 2017

E.E. en San Antoni de Vilamajor

 

2 Responses

  1. Alexis

    ….Y el mismo Espíritu que movió a Jesús de Nazaret sigue moviendo hoy a tantos: insuflando vida en los desanimados, abriendo los ojos a los ciegos…. gracias Miguel Ángel por un texto tan precioso e inspirado, que nos lo muestra!

  2. Xavi Navarro

    Ajuí- mi hermano…llévanos al otro lado de la orilla…donde reina el amor de Dios…y desde allí abrace a todos mis hermanos…mi rey, mi amigo, mi señor…

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